"Si alguien se sintió ofendido, le pido perdón". La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, eligió un tono conciliador para anunciar que el dinero recaudado por el aumento de las exportaciones de soja tendrá como destino la construcción de hospitales, viviendas y caminos. Kirchner puso así punto final a su enfrentamiento con los productores agropecuarios. Fueron 90 días con cortes de carreteras y problemas de desabastecimiento, y sin venta de granos.

El campo perdió su "guerra gaucha" contra el Gobierno porque no acabó de arrastrar consigo a las capas medias urbanas. Y terminó finalmente en un callejón sin salida cuando los dueños de los camiones también salieron a las carreteras a bloquearlas.