La 12 Cumbre Iberoamericana arrancó ayer en Playa Bávaro (República Dominicana) en medio de un duro enfrentamiento entre ambas orillas del Atlántico a raíz de las políticas proteccionistas de la Unión Europea (UE). Algunos países iberoamericanos, con Argentina y Uruguay a la cabeza, recriminaron a España y Portugal por los subsidios y otras medidas protectoras que la UE ofrece a sus agricultores y que chocan abiertamente con los intereses de las excolonias americanas.

El debate saltó en la reunión preparatoria que mantuvieron en la noche del jueves (madrugada en España) los ministros de Asuntos Exteriores para consensuar la declaración final que suscribirán hoy, en la clausura de la cumbre, los mandatarios de los 21 países que conforman la comunidad iberoamericana.

"MALA POLITICA"

El jefe de la diplomacia argentina, Carlos Ruckauf, reclamó que la declaración recogiera la colisión de intereses entre la UE e Iberoamérica. "El grupo de los Quince tiene una política agraria común, pero es una mala política", dijo Ruckauf.

El ministro portugués, Antonio Martins da Crus, rechazó modificar la declaración y replicó en castellano, muy molesto, que América Latina no debía "confundir sus interlocutores" y que España y Portugal no actúan en la cumbre como representantes de la Unión Europea.

A pesar de que España planteará en esta cumbre la necesidad de dar un mayor contenido a estos encuentros, la ministra de Exteriores, Ana Palacio, no participó en el encuentro con sus colegas, pues llegó ayer con el rey Juan Carlos. La representó el secretario de Estado de Cooperación, Miguel Angel Cortés, cuya posición no trascendió a causa de la opacidad informativa de la delegación española.

La inmigración ocupó también una parte sustancial del debate ministerial y se prevé que salga a relucir en las conversaciones de los jefes de Estado y Gobierno. La declaración recoge un párrafo, conciliador con la postura española, que "valora la aportación de los inmigrantes en las economías" y compromete a los firmantes (en la práctica, a España) a tomar acciones y definir programas para establecer "canales legales y ordenados" para gestionar los flujos migratorios.

LA INCONGRUENCIA

José María Aznar propondrá reformar el sistema de las cumbres. La iniciativa evidencia un secreto a voces: la falta de contenido de una cita que en esta edición sólo ha servido para constatar la dificultad de España y Portugal para conciliar su pertenencia a un club de ricos, como es la Unión Europea, y mantener compromisos firmes con la comunidad iberoamericana.

Por su parte, el presidente brasileño saliente, Fernando Henrique Cardoso, quiso calmar la inquietud que surgió en Occidente por la reciente victoria electoral en las presidenciales de un hombre con orígenes marxistas como Luiz Inácio Lula da Silva.

AUSENCIA

Por segunda vez consecutiva, Fidel Castro no acude a la cumbre iberoamericana. Si el año pasado justificó su ausencia por las inundaciones que habían azotado su país, en esta ocasión la excusa es que "el comandante tiene mucho trabajo". Así lo explicó ayer el vicepresidente cubano, Carlos Lage, al frente de la delegación cubana.

Detrás de la ausencia de Castro puede haber otras razones, como su enfrentamiento con el presidente mexicano, Vicente Fox, y el escaso predicamento que conserva entre los líderes iberoamericanos. El azote contra el capitalismo correrá por cuenta del venezolano Hugo Chávez.