El Reino Unido y Rusia retornaron ayer a las tácticas amenazantes de la guerra fría. El Gobierno británico ordenó la expulsión de cuatro diplomáticos rusos destacados en Londres como castigo por la negativa de Moscú a extraditar a Andrei Lugovoi, el presunto asesino de Alexander Litvinenko. También ha quedado temporalmente suspendida por parte británica la tramitación de visados para el personal oficial ruso. Las autoridades de Moscú calificaron la medida de "inmoral" y "provocativa", y advirtieron de que tendría "consecuencias".

La expulsión colectiva es la primera decisión del primer ministro, Gordon Brown, en materia internacional y no puede ser más arriesgada. En el Parlamento, el ministro de Asuntos Exteriores, David Miliband, reconoció que Rusia es "un importante aliado", un socio "clave", pero subrayó la "gravedad de este caso", porque no solo Litvinenko sufrió una muerte "horrorosa y prolongada", sino que otros cientos de ciudadanos fueron expuestos al peligro de una contaminación radioactiva.

Las autoridades británicas insisten en que "esta es una situación que el Gobierno no ha buscado", pero era necesario enviar "una señal clara y proporcionada". Miliband advirtió de que, de acuerdo con la legislación internacional, Lugovoi se expone a ser detenido y extraditado si viaja al extranjero. Rusia no solo se niega a entregar al miembro de la KGB, sino que reclama la extradición del hombre de negocios Boris Berezovsky, exiliado en Londres y enemigo del presidente ruso Vladimir Putin.

BLAIR EVITO LA MEDIDA Desde 1996, el Reino Unido no había expulsado a ningún diplomático ruso de suelo británico. El exprimer ministro Tony Blair había evitado adoptar tan drástica medida contra un país cada vez más envalentonado, del que depende buena parte del suministro de gas a Occidente.

El Kremlin amenazó ayer con "medidas adecuadas" en respuesta a la expulsión de los cuatro diplomáticos rusos, y calificó de "amoral" la decisión del Gobierno británico. "Londres tiene que ser consciente de que las acciones provocativas de las autoridades británicas encontrarán una respuesta adecuada, así como causarán inevitablemente consecuencias muy graves en las relaciones bilaterales en general" entre ambos países, dijo Mijail Kamynin, el portavoz oficial del Ministerio de Exteriores ruso.

OTRAS CRITICAS La Duma (Cámara baja) rusa lamentó que Londres haya pasado a una "confrontación directa" con Moscú en el caso Litvinenko , y avisó de que la respuesta será "dura". Andrei Kokochine, un alto responsable de la Cámara, dijo que el Reino Unido "va a sufrir más" que Rusia. "Desde el punto de vist económico, la parte británica va a sufrir un daño muy grave", subrayó en referencia al gas y al petróleo.