El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aprovechó ayer la clausura de la Conferencia Progresista de Londres para pedir a las naciones ricas una institución multilateral que contribuya a mejorar la situación de los países menos favorecidos. Ante una nutrida representación internacional de líderes de centroizquierda, Lula exigió una mejor distribución de la riqueza "para que los países pobres puedan crecer".

En una intervención muy aplaudida, el presidente brasileño abogó por la creación de un organismo que impulse la colaboración tecnológica. "No pido que den dinero, sino acuerdos multilaterales que sirvan para intercambiar infraestructuras y tecnologías", señaló Lula. El mandatario brasileño sugirió la posibilidad de que "las empresas de los países que colocan dinero (en el fondo de la infraestructura) puedan contribuir a la realización de las obras con empresas de los países en desarrollo". "Es hora de que las naciones ricas y pobres debatan cómo distribuir la riqueza", añadió.

CRITICAS A EEUU

Lula no se mordió la lengua al hablar de Estados Unidos, un país --dijo-- que "es víctima de su propia grandeza" y "necesita participar más en los foros mundiales". El líder brasileño recordó la amistad que unía a su antecesor, Henrique Cardoso, con el demócrata Bill Clinton, pero subrayó que "Clinton nunca hizo nada por Brasil". "Estados Unidos piensa primero en sí mismo. Segundo, en sí mismo y en tercer lugar, en sí mismo", añadió entre las risas de los asistentes.

El primer ministro británico, Tony Blair, que le escuchaba, aprovechó su intervención para advertir a las fuerzas de izquierdas de que "cometerán un terrible error" si se define como antinorteamericana. "Los norteamericanos que piden que Estados Unidos avance hacia el unilateralismo son precisamente los que se beneficiarían de esta actitud", declaró el premier británico.

Con ese mensaje de Blair concluyó el último debate del foro, que durante tres días ha reunido en la capital británica a medio centenar de líderes y pensadores de la izquierda política mundial. El encuentro se prolongó anoche con una cumbre en Surrey, al sur de Londres, donde 14 jefes de Estado y de Gobierno discuten, a puerta cerrada, las posibilidades de relanzar el concepto de la Tercera Vía, la ideología que llevó al laborismo al poder en 1997. La reunión concluirá hoy con una conferencia de prensa de los participantes.

La presencia de Lula en Londres causó ayer sensación. El mandatario brasileño asistió a un cóctel organizado en su honor en Hyde Park, en un pabellón diseñado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. Un grupo de simpatizantes le recibió a gritos de "Oé, Oé" mientras agitaban banderas de Brasil y del Partido de los Trabajadores.

En el momento de marcharse, Lula se saltó el protocolo, se acercó al grupo, apartado por una barrera de seguridad y tras intercambiar saludos y abrazos se hizo fotos con ellos. El presidente brasileño salió después rumbo a Downing Street, donde almorzó en privado con Blair.