Crítico con el Gobierno conservador y con el corrupto sistema político griego y exmilitante de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), el profesor Manos Matsaganis llevó ayer a sus alumnos de Erasmus a conocer de primera mano la ocupación de la Universidad de Economía y Negocios de Atenas, en la que trabaja, pese a discrepar con las revueltas que vive Grecia.

--Se opone a las ocupaciones.--Una minoría en la Federación de Profesores Universitarios nos oponemos a estas acciones porque creemos que están minando la educación: perdemos clases, se han destrozado las infraestructuras, hay miedo. Llevamos tres años de huelgas y protestas por las reformas propuestas por el Gobierno, que se desechan sin un mínimo debate. La universidad griega necesita discutir sus problemas, pero los sindicatos de estudiantes son tan poderosos que han impedido que la gente se exprese, se han vuelto autoritarios y corruptos. Por ejemplo, se han opuesto a una reforma que permitiese a los estudiantes elegir directamente a los rectores, porque ahora son los propios sindicatos los que los eligen.

--¿Cuál es el papel de la izquierda?--Partidos como Syriza están siendo irresponsables porque justifican la violencia. Hacen propuestas irrealizables, como que el Estado cree 100.000 empleos cuando tiene un déficit económico muy grande. En realidad, estos partidos no quieren un cambio.

--¿Cómo ve las protestas?--Es cierto que la gente ha perdido la confianza en el sistema político, que no tiene expectativas laborales y se siente marginada. Pero en Grecia hay un creciente problema patológico de violencia. Los seguidores de los equipos de fútbol quedan en lugares apartados para pegarse entre ellos, y esta violencia política es igual de ciega.

--¿Seguirán las revueltas?--Si el Gobierno sigue provocando, sí. Y puede haber una reacción autoritaria. En Patrás, la ultraderecha ayudaba a los comerciantes a defenderse de los manifestantes. Y en Atenas la policía no interviene ante los actos vandálicos para generar repulsa contra las marchas.