"El miedo a la derecha se ha activado", se dice en las calles de Santiago sobre la decisión de miles de chilenos de optar el domingo por el "mal menor" en las elecciones presidenciales. En diciembre, veían al abanderado de la Concertación Democrática, Eduardo Frei Tagle, y al oponente, el magnate Sebastián Piñera, como caras de una misma moneda del hastío. Pero a tres días de la contienda, la indiferencia, revestida a veces de sorna, devino angustia. Ahora se quiere evitar a toda costa la entrada en el Palacio de la Moneda de algunos antiguos conocidos del dictador Augusto Pinochet que acompañan al multimillonario.

La socióloga Marta Lagos, que desde hace 18 años viene acertando los pronósticos electorales, también detectó ese escalofrío. Sin embargo, estima que Piñera se impondrá por unos 30.000 votos.