El exdictador panameño general Manuel Noriega fue enviado ayer a la cárcel parisina de La Santé por orden de un juez francés, horas después de haber sido extraditado a Francia desde EEUU. Según el magistrado, la "detención provisional es el único medio" para asegurar que Noriega comparezca ante el tribunal que le tiene que juzgar de nuevo en Francia, donde en 1999 ya fue condenado en rebeldía a 10 años de prisión.

Noriega se declaró ante la justicia francesa como "prisionero de guerra", aunque volverá a ser juzgado en Francia por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico. Los abogados del exdictador panameño arguyen que, según el derecho internacional, Francia debería devolverle a Panamá por su inmunidad como exjefe de Estado, y aseguran además que los delitos de los que se le acusa ya han prescrito.

HEMIPLEJIA Noriega, de 76 años y que arrastra una hemiplejia en el costado derecho por un derrame cerebral, llegó al aeropuerto Charles de Gaulle ayer, sobre las ocho de la mañana, procedente de una cárcel de Miami. El vuelo bajo escolta se hizo en un avión regular de Air France. Luego fue trasladado al Palacio de Justicia, donde el fiscal le comunicó la orden de detención internacional emitida por Francia y pidió su encarcelamiento. Por la tarde, un juez decretó su ingreso en prisión provisional.

"El general Noriega no tiene por qué estar en territorio fran- cés. Desde este mismo momento vamos a disputar la validez de su extradición", declaró uno de sus dos abogados, Olivier Metzner. "Vamos a hacer lo que sea para demostrar que su sitio no está en Francia; este hombre debe regresar a su país, Panamá, que lo reclama", añadió Metzner.

En su breve comparecencia ante el fiscal, Noriega pidió acogerse al estatuto de prisionero de guerra, según los términos de la Convención de Ginebra. "Francia se comprometió ante el juez estadounidense a reconocer su condición de prisionero de guerra. Ahora ya no es así", se quejó el abogado, que advirtió de que el estado de salud del expresidente panameño no le permite asistir a un nuevo proceso.

LA ESPOSA El derecho francés prevé que, si un juicio se ha celebrado en ausencia del acusado, este debe repetirse en un periodo de dos meses, con la posibilidad de aplazarse una vez. El Tribunal Correccional de París ya le condenó el 1 de julio de 1999 por blanquear alrededor de 15 millones de francos (2,3 millones de euros), entre 1988 y 1989, procedentes del tráfico de cocaína con el cártel de Medellín de Colombia, y que ingresó en varias entidades francesas. Estas cuentas iban a nombre de su esposa, Felicidad, sus dos hijos y tres exdiplomáticos panameños con puesto en París, entre ellos el entonces embajador.