La población civil volvió a ser blanco ayer de los misiles lanzados por la aviación norteamericana en Faluya, ciudad que escapa al control del Gobierno interino iraquí y de las fuerzas estadounidenses. Al menos 16 personas murieron en los ataques aéreos y 20 resultaron heridas. En un pueblo próximo a la ciudad de Hilla, 100 kilómetros al sur de Bagdad, otros seis iraquís murieron por fuego estadounidense.

Según fuentes hospitalarias de Faluya, ciudad situada 50 kilómetros al oeste de Bagdad, entre las víctimas mortales hay mujeres y niños. Uno de los misiles cayó sobre una ambulancia. El conductor y el resto de ocupantes --cinco personas heridas-- murieron en el acto. Otra bomba mató también a cuatro personas que viajaban en un turismo. "Las condiciones aquí son miserables. Una ambulancia ha sido bombardeada, tres casas han sido destruidas y varios hombres y mujeres han muerto", dijo con amargura el doctor Rafayi Hayad al-Esawi, director del Hospital General de Faluya, a la cadena de televisión qatarí Al Jazira.

SEGUIDORES DE AL ZARQAUI El alto mando norteamericano, sin embargo, aseguró que los muertos de ayer en Faluya eran todos seguidores del dirigente radical jordano Abu al Zarqaui, al que se considera jefe de Al Qaeda en Irak. El Ministerio del Interior iraquí se limitó a señalar que el bombardeo había causado 20 muertos, todos hombres.

Según el Ejército de EEUU, el ataque aéreo de ayer tenía como objetivo liquidar a un grupo de insurgentes del grupo de Zarqaui que mantenían una reunión en una casa de la ciudad. Según el comunicado oficial de las fuerzas multinacionales, la operación militar fue un éxito: el inmueble fue destruido y varios radicales murieron.

"Todos los días y todas las noches, ellos los norteamericanos atacan a familias pacíficas. Después dicen que van detrás de Zarqaui, de armas de destrucción masiva y de terroristas", dijo ayer un líder religioso.

También en Bagdad, un helicóptero estadounidense lanzó un misil en un área comercial. Una persona murió y tres más resultaron heridas. El ataque tuvo lugar cerca de la calle Haifa, en el centro de la capital, escenario el pasado domingo de violentos enfrentamientos entre grupos de insurgentes y fuerzas norteamericanas. El alto mando del Ejército de EEUU decretó ayer el toque de queda en la zona, de 8 de la noche a 4 de la mañana.

Además de en Faluya y Bagdad, las operaciones militares norteamericanas se centraron en Ramadi y Tal Afar, ciudades que están fuera del control de las autoridades de Bagdad.

Mientras, la Unión Europea tendió ayer puentes políticos con el Gobierno de Irak y acordó enviar una misión exploratoria para estudiar cómo contribuir a la reconstrucción de sus instituciones y a su estabilización.

El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores europeo adoptó una declaración en la que reafirmó su respaldo al proceso de transición política que dirige la ONU, y efectuó un llamamiento a la liberación de todos los secuestrados.