Barack Obama y Hillary Clinton, los dos exrivales en la nominación demócrata a la Casa Blanca, protagonizaron ayer la imagen que muchos esperaban. Juntos por la unidad, en un pueblo llamado Unity, en el estado de Nuevo Hampshire, por el que tanto lucharon en las primarias.

El discurso lo abrió ella, recordando los momentos más reñidos y lanzó una invectiva a los republicanos: "Esperaban que no nos uniéramos, pero no descansaremos hasta volver a la Casa Blanca".