David Axelrod, el gurú de estrategia política de Barack Obama, ya anunció por dónde iban a ir los tiros: "Afrontamos un extraordinario desafío económico y la gente quiere oírle hablar de eso". La crisis, pues, entendida como un diagnóstico realista y a la vez un llamamiento a la confianza de que EEUU logrará superarla, estaba previsto que fuera el tema estrella del discurso que ayer (madrugada de hoy hora española) iba a ofrecer el presidente de EEUU ante una sesión conjunta del Congreso.

Iba a ser un discurso de un formato similar al del Estado de la Unión, siguiendo la tradición de otros presidentes antes que él, como George Bush padre e hijo y Bill Clinton. Pero el verdadero destinatario de las palabras de Obama era la audiencia televisiva, la ciudadanía estadounidense que, según las encuestas, está atemorizada por la recesión y confundida por la batalla ideológica que, en su primer mes, ha afrontado el demócrata con la derecha a cuenta de su plan de estímulo de la economía de 613.000 millones de euros.

LUNA DE MIEL Las encuestas indican varias cosas. De entrada, que el 73% de los estadounidenses tienen miedo de cómo están yendo las cosas en el país, según un sondeo de la CNN. También reflejan que los índices de aprobación del presidente son muy altos --un 68%, según la ABC y The Washington Post; un 63%, según la CBS y The New York Times; un 62,5%, según la media de Realclearpolitics-- así que puede afirmarse que la luna de miel con el electorado prosigue. Pero los sondeos también muestran que el apoyo de Obama entre los votantes republicanos ha bajado considerablemente en un mes.

"El presidente cree muy claramente que tenemos que ser sinceros acerca de la situación en que nos encontramos", dijo el secretario de prensa, Robert Gibbs. Y añadió: "El presidente le dirá al país que hemos encarado desafíos más graves que ahora y hemos sabido hacerles frente".