Fue un discurso sólido y medido, esperanzador y realista, de puentes tendidos, lo que se espera del virtuosismo oratorio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. A la espera de que el tiempo y la realpolitik puedan limar sus compromisos, estos se escucharon ayer firmes. China acaparó la mayor parte de los 45 minutos del discurso ante el público del Suntory Hall, en Tokio. "Una China fuerte y próspera puede ser una fuente de fortaleza para la comunidad de naciones", dijo. La sentencia sigue la doctrina del ascenso pacífico que pregona Pekín, contraria a la amenaza amarilla que defendieron los neocon en Washington hasta hace poco tiempo.

Los roces económicos se han multiplicado en los últimos tiempos, con acusaciones cruzadas de proteccionismo que se añaden a los lamentos de EEUU de la piratería y la devaluación artificial del yuan. Obama aseguró que no era su intención "limitar" el ascenso chino y ofreció una "colaboración pragmática". Introdujo la obviedad de que "no siempre" van a estar de acuerdo en todos los temas.

OBLIGACIONES MORALES Uno de esos temas será el de los derechos humanos, habida cuenta de las obligaciones morales que acarrea su premio Nobel de la Paz y la tozudez con la que Pekín los vulnera. "El apoyo a los derechos humanos y la dignidad del ser humano está en el corazón de EEUU", aclaró.

El grado de beligerancia que mostrará Obama sobre el tema cuando se reúna con su homólogo chino, Hu Jintao, es una de las incógnitas de su viaje. Por si sirve de pista, añadió que podrán "desarrollar esas conversaciones en un clima de cooperación y no de rencor". El conjunto del discurso aceitará la llegada del dirigente estadounidense mañana a China.

Obama llegó anoche a Singapur, donde se convertirá en el primer presidente estadounidense que asiste a una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Su travesía asiática de ocho días terminará en Seúl. Ningún otro inquilino de la Casa Blanca había visitado tantos países en sus primeros 10 meses de mandato, un esfuerzo por apartarse del unilateralismo de su predecesor, George Bush.

Obama incidió en su voluntad de estrechar sus lazos con Asia. En su discurso introdujo referencias personales, como el periodo que vivió en Indonesia o los numerosos viajes a Asia cuando era niño, y se definió como el primer presidente norteamericano "del Pacífico". Ese océano, concretó, les ata más que les separa. "Quiero que todos los estadounidenses sepan que tenemos una responsabilidad en el futuro de la región, porque lo que pasa aquí tiene un efecto directo en nuestras vidas en casa", declaró.

AVISO A COREA DEL NORTE Obama también aludió a los dos países asiáticos que más quebraderos de cabeza dan. Aconsejó a Corea del Norte cumplir sus compromisos y regresar a las negociaciones. "EEUU no se acobardará ante sus amenazas", prometió. Su negociador especial irá a Pyongyang antes de final de año para entablar conversaciones bilaterales, un viejo anhelo del Gobierno norcoreano.

Al régimen militar de Birmania le pidió liberar a los presos políticos, incluida la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi. Obama dijo que mantienen contactos con sus líderes y que mantendrán las sanciones económicas hasta que el país no dé pasos hacia la democracia.