Yemen va camino de convertirse en un nuevo estado paria, aislado del resto del mundo debido a la gran implantación de milicias de Al Qaeda en su territorio. El Gobierno de Alemania prohibió ayer el aterrizaje o despegue de vuelos de pasajeros procedentes de ese país de la península de Arabia, decisión que se añade al veto que impuso a los aviones de transporte de carga tras el descubrimiento de dos paquetes bomba remitidos desde territorio yemení a dos sinagogas de Chicago. París y Londres ya habían prohibido que aviones de carga procedentes de Yemen hicieran escala en su territorio, pese a que ayer las autoridades de Saná anunciaron una batería de medidas de seguridad draconianas en los aeropuertos locales. Canadá se añadió anoche al veto europeo a los vuelos desde Yemen.

También ayer, la ministra británica de Interior, Theresa May, anunció ayer que quedará suspendido el tránsito o despegue desde el Reino unido de vuelos de transporte de mercancías originarios de Somalia. "Es una medida de precaución" fundamentada en la sospecha de "contactos con grupos terroristas en Somalia", dijo May.

Por otro lado, ayer se dieron a conocer nuevos detalles de cómo fueron localizados los dos paquetes bomba en los aeropuertos de Dubái y de East Midlands. Un desertor de Al Qaeda, Jabr al Faifi fue quien dio el chivatazo a las autoridades saudís del envío de los paquetes bomba con destino a EEUU, vía Dubái e Inglaterra. Al Faifi estuvo encarcelado en Guantánamo hasta que las autoridades de Estados Unidos se lo entregaron a las de Arabia Saudí en el 2006. Allí fue ingresado en un llamado campo de rehabilitación para extremistas islámicos.

EL PERDON Cuando sus guardianes consideraron que había dejado de ser un peligro, lo pusieron en libertad. Al Faifi se unió entonces a las fuerzas de Al Qaeda en Yemen. Hace dos semanas, sin embargo, decidió entregarse las autoridades saudíes. Al parecer, quería volver a casa y habría ofrecido la información a cambio del perdón.