El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas finalizó ayer sus consultas sobre Kosovo sin alcanzar un acuerdo sobre una nueva resolución, por lo que el proceso de definición del futuro de la provincia serbia de mayoría albanesa se trasladará próximamente al Grupo de Contacto. No obstante, en una declaración conjunta, Estados Unidos y los países europeos que auspiciaron la resolución reiteraron que la negativa de Rusia a su propuesta "no detiene el camino de Kosovo a la independencia". Acorde con esta declaración, en Pristina, el primer ministro de Kosovo, Agim Ceku, instó al Parlamento a declarar unilateralmente la independencia de la provincia serbia el próximo 28 de noviembre.

El Grupo de Contacto para Kosovo, en el que ningún país tiene derecho de veto, lo conforman EEUU, Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia. El equipo será ahora el encargado de organizar un proceso de negociaciones de 120 días entre albaneses y serbios para definir el estatus futuro del territorio. En el texto se agregó que la base del diálogo dentro del Grupo de Contacto debe ser el plan del mediador de la ONU, el finlandés Matti Ahtisaari, que propone una independencia tutelada de la provincia serbia.

"Al pueblo de Kosovo se le debe dar la oportunidad de lograr su desarrollo político y económico. Tenemos la voluntad de ayudarlos a alcanzar ese objetivo", afirmó el embajador de Francia ante la ONU, Jean Marc de la Sablière.

ULTIMA PROPUESTA EEUU, Bélgica, Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido formalizaron el martes su última propuesta de resolución sobre Kosovo, que proponía traspasar la administración de la provincia administrada por la ONU a una misión de la UE. Se abría un periodo de 120 días de negociaciones entre albaneses y serbios. Desde el principio, Rusia se opuso al texto por considerar que favorecía la opción independentista, contraria a la posición de Serbia, que Moscú siempre ha apoyado.

"No hemos retrasado nada, lo que hemos impedido es que se adopte una solución que lo único que haría es empeorar las cosas", afirmó el embajador de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin. El diplomático ruso afirmó que la posición de Moscú está basada en el principio de la integridad territorial de los estados miembros de la ONU, y afirmó que imponer la independencia de Kosovo alentaría a los separatistas de otras regiones del mundo.

Kosovo está bajo administración de la ONU y protección de la OTAN desde 1999, cuando una campaña aérea de la Alianza Atlántica puso fin a la represión serbia de la población albano-kosovar de esa provincia.