Como cada 20 de abril desde 1999, el instituto Columbine de Littleton (Colorado), canceló ayer las clases y rindió homenaje en silencio a los 12 alumnos y al profesor que fueron asesinados por los estudiantes Eric Harris, de 18 años, y Dylan Klebold, de 17. Pero el aniversario de este año viene marcado por la reciente tragedia de la Universidad Politécnica de Virginia (UPV), donde Cho Seung-hui mató a 32 personas el pasado lunes. El dolor ha renacido para muchos padres de las víctimas, que han denunciado que los mismos errores cometidos entonces se están repitiendo ahora.

Si las obvias similitudes no fueran suficientes para hacer renacer la tragedia de Columbine, el manifiesto que Cho envió a la cadena NBC y que ha sido ampliamente emitido por los medios ha contribuido aún más a ello. En él, Cho califica de "mártires" a Harris y Klebold, e imita algunas de sus posturas tal y como fueron difundidas en su momento y aún pueden hallarse en numerosas webs. "Me enfurece que logren lo que querían. Su mensaje y lo que hicieron se ha convertido en una realidad para mucha gente", se lamenta en el Denver Post Sean Graves, uno de los alumnos supervivientes.

Como Harris y Klebold, Cho se sentía incomprendido y maltratado. Como ellos, tuvo contacto con la policía y su actitud había despertado la alarma entre los responsables educativos. Como ellos, tuvo un fácil acceso a armas de fuego. Como ellos, la cobertura de su asesinato ha sido ininterrumpida y exhaustiva.

HABLAR DE LAS VICTIMAS "Preferiría que los medios hablaran más de las víctimas que del asesino", denunció Peter Read, padre de una víctima de la UPV. Ayer, la BBC anunció que no volverán a emitir los vídeos caseros de Cho. Las cadenas de EEUU han prometido moderar su difusión.

Columbine fue la primera vez que una tragedia de este tipo se convirtió en un gran espectáculo mediático. Tras la tragedia, se abrieron muchos debates sobre la cultura de la violencia y la cobertura mediática de los asesinos, pero ocho años después el patrón se ha repetido, corregido y aumentado en todas sus facetas, desde el número de víctimas hasta las horas dedicadas al manifiesto multimedia de Cho. Por eso los padres de Columbine opinan que no se han aprendido las lecciones de su propia tragedia.

Estos días, los familiares de Columbine han ofrecido sus consejos a los de Virginia y han aprovechado para criticar la reciente decisión de un juez federal de embargar durante 20 años los testimonios de los padres de Harris y Klebold sobre su vida familiar, con el argumento de que su difusión podría crear imitadores. Los padres defienden que del estudio del contexto familiar de los asesinos podrían concluirse modelos de conducta que contribuyan a evitar más tragedias.

"Ahora se ve que lo que el asesino de Virginia hizo es muy similar a lo que hicieron Harris y Klebold", dijo Don Fleming, cuya hija de 16 años fue asesinada en Columbine hace ocho años.