Ante las protestas levantadas por la enmienda que propone someter a los inmigrantes a pruebas de ADN, el ministro de la Inmigración, Brice Hortefeux, defendió ayer en la Asamblea Nacional la aplicación "progresiva" y "provisional" de la medida. La nueva ley, la cuarta para frenar la inmigración desde que la derecha volvió al poder en el 2002, empezó a discutirse ayer en la Cámara.

Hortefeux calificó la enmienda, presentada por el diputado de la mayoría Thierry Mariani, de "interesante" y recordó que es una técnica practicada ya en varios países. Pero, ante la división del Gobierno y del partido que lo sostiene, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), sugirió que se aplique por etapas, comenzando por los países de emigración en los que otros estados europeos practican ya estos tests.

El ministro propuso asimismo que el Parlamento pueda debatir de nuevo el asunto tras un tiempo de aplicación de la medida, que sería evaluada por una comisión compuesta por parlamentarios y magistrados. La enmienda debe ser votada hoy.

La ley persigue el endurecimiento de las condiciones para el reagrupamiento familiar de los inmigrantes mediante un examen en el país de origen sobre "conocimiento del idioma francés y de los valores de la República". También exige unos ingresos mínimos al trabajador que quiera llevar a su familia a Francia.