Toda la culpa de la muerte de 331 personas en el secuestro de la escuela número 1 de Beslán, en Osetia del Norte, en septiembre del 2004, la tienen las fuerzas de seguridad regionales. Este fue el dictamen preliminar que publicó ayer la comisión parlamentaria rusa que ha investigado el asalto al colegio organizado por un comando terrorista checheno y la respuesta de las autoridades, que culminó con un improvisada y sangriento rescate.

El tan esperado informe del presidente de la comisión, Alexander Torshin, que deja sin contestar varias preguntas clave, levantó protestas no sólo de los familiares de las víctimas, sino también de algunos miembros de la propia comisión, quienes lo describieron como un intento de "lavar la cara" a la actuación en esa crisis del presidente ruso, Vladimir Putin. El dirigente, considerado por muchos como el principal responsable de la tragedia, sólo es mencionado en relación a la reunión que mantuvo con el ministro de Interior, Rashid Nurgaliyev, y con el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), Nikolai Partushev, el primer día del asalto a la escuela.

ERRORES PREVIOS Torshin denunció carencias y errores de las autoridades regionales tanto a nivel de prevención, como en la operación lanzada por las fuerzas de seguridad. El ministro de Interior ruso envió telegramas, dos semanas antes del secuestro, instando a la policía de Osetia del Norte a reforzar las medidas de seguridad el 1 de septiembre, día de inicio del curso escolar.

"No había información concreta sobre la preparación de atentados, pero sí hubo telegramas de alerta los días 21 y 31 de agosto. En esos telegramas, basados en información de los servicios especiales, había una orden de reforzar la protección de todos los centros educativos. Esa orden pudo haber evitado el ataque terrorista, pero no se cumplió" afirmó Torshin.

El presidente de la comisión también acusó de "negligencia e incompetencia" a la policía de la vecina Ingushetia, donde los secuestradores instalaron su campo de entrenamiento a sólo 70 metros de una carretera y a 500 metros de un pueblo.

La primera sesión del juicio contra los responsables de la policía de Beslán, acusados de negligencia, se celebrará el próximo 13 de enero. Pero los familiares de las víctimas, agrupados en el Comité Madres de Beslán, señalaron ya que los tres policías escogidos serán "chivos expiatorios" condenados para ocultar a los verdaderos responsables en las altas esferas del poder.

INEXPERTOS Torshin criticó la operación de rescate lanzada por las fuerzas de seguridad el 3 de septiembre. "Muchos agentes no sabían cómo actuar en situación de emergencia", afirmó. Sin embargo, no criticó a las autoridades por mentir sobre el número de secuestrados, que ascendían realmente a 1.128 entre padres, alumnos y profesores.

Varios miembros de la comisión declararon que el informe es un intento de "limar aristas". "Después de los terroristas, el presidente es el principal culpable de la masacre de Beslán. Su deber fue organizar las negociaciones, pero prefirió esconderse", denunció Yuri Ivanov, diputado de la Duma (Cámara baja) rusa y miembro de la comisión, quien indicó que la investigación parlamentaria no ha conseguido pruebas de que el asalto fue organizado por el ya difunto líder de los separatistas chechenos, Aslán Masjadov. "Tampoco hay pruebas de que detrás del secuestro esté el terrorismo internacional", afirmó Ivanov.