Bush ya se ve camino de la pacificación del "Gran Oriente Próximo", tras la elevada participación en las elecciones de Irak y el nuevo proceso de distensión israelo-palestino. Pero los comicios iraquís han puesto en evidencia la extrema marginación de la minoría suní que tuvo el poder con Sadam, y el acercamiento entre Sharon y Abú Mazen sigue siendo rehén de Hamás y la Yihad Islámica. Bush tratará ahora de pasar a la historia con su política interior. Si da por hecha la exterior, fracasará.

*Periodista.