"Ha dicho qué?" Quizá nada como el titular que ocupaba ayer la portada del New York Post exprese mejor la incredulidad y la conmoción provocados en Estados Unidos por un desafortunado comentario de Hillary Clinton al recordar el viernes el asesinato de Robert F. Kennedy en junio de 1968. Cometió un error brutal, sobre todo porque la seguridad de Barack Obama es motivo de seria preocupación desde hace varios meses.

Fue en una entrevista, cuando se le preguntó por las llamadas a que abandone la carrera. Ella contestó que "históricamente eso no tiene sentido. Mi marido no se aseguró la nominación en 1992 hasta que ganó las primarias de California, en junio. Todos recordamos que Bobby Kennedy fue asesinado en junio en California". El desliz pone en cuestión la viabilidad de su agonizante candidatura.