A los pocos minutos de empezar el apagón del jueves, el Pentágono hizo despegar al menos dos cazas F-16, que patrullaron el cielo entre Nueva York y Washington, y puso en estado de alerta a otros aviones militares en las bases del este de Estados Unidos, según publicó ayer el diario The Washington Post . Con el recuerdo de los atentados del 11-S todavía muy presentes en la memoria de los norteamericanos, las comunicaciones entre los militares, los servicios secretos, el centro de crisis regionales y los responsables del sector eléctrico fueron rápidas.

El Mando de Defensa Aeroespacial de EEUU "no tenía motivo para creer que existiera una amenaza aérea inminente tanto contra EEUU o contra Canadá. Sin embargo, como medida de precaución, se realizó al menos un patrullaje irregular extra sobre el este de EEUU", según el mando.