La BBC, una de las más prestigiosas cadenas informativas, es la última víctima del caso Kelly . Una avalancha de críticas ha caído sobre la cadena pública, después de que sus directivos reconocieran el domingo, tras consultar a la familia de David Kelly, que el científico había sido la principal fuente de información del periodista Andrew Gilligan.

El especialista en temas de defensa del matinal Today de Radio 4, que acusó al Gobierno de exagerar el informe de septiembre sobre las armas de Sadam Husein, es ahora a su vez el denunciado por haber deformado, presuntamente, las confidencias que le hizo Kelly. Los periódicos del magnate Robert Murdoch fueron especialmente virulentos con sus colegas del ente público.

"Ahora es la BBC la que parece haber engañado deliberadamente a espectadores, oyentes, directivos y el Parlamento sobre los orígenes de su extraordinaria batalla con el Gobierno", decía The Times , sugiriendo que Gilligan había falseado su información.

Otro periódico del mismo grupo editorial, el popular The Sun , disparaba a quemarropa, con su inconfundible estilo. "Eres una rata", decía el gran titular de portada con una foto de Gilligan y otra de Kelly, clamando que el periodista trataba de hacer pasar al científico muerto por un mentiroso para poder salvar su puesto. "Deben rodar cabezas en la BBC", proclamaba el mismo diario en una doble página interior, donde se mencionaba al presidente de la corporación, Gavyn Davies, el director general, Grez Dyke y el jefe de informativos, Richard Sambrook.

MALESTAR DEL PERSONAL

Aunque en tono mas reposado, The Independent también advertía ayer en portada de que "el presidente de la BBC está en el punto de mira, después de admitir que Nelly era su principal fuente". Dentro, el diario afirmaba que la BBC ha quedado "a la defensiva tras las acusaciones de engaño en un informe".

En un artículo titulado "Fisuras en las filas de BBC. Los directivos afrontan la revuelta del personal", The Guardian se hacía eco del malestar de muchos profesionales de la cadena por el apoyo incondicional de la dirección a Gilligan en la disputa.

El periodista caído en desgracia se ha tomado una baja temporal, mientras directivos y abogados de la corporación han comenzado, según el Financial Times a recopilar documentos, transcripciones y cintas, relacionados con el dossier de las armas de destrucción masiva de Irak. "El equipo está preparando, ostensiblemente, las pruebas para la investigación judicial" afirmaba el periódico económico.