La organización de Al Qaeda anunció ayer la ejecución de los dos diplomáticos argelinos secuestrados el pasado jueves en Bagdad. Con estas dos muertes, ya son tres los enviados de países árabes asesinados en Irak, tras la muerte, el día 7, del embajador egipcio. La noticia se produjo el mismo día en que el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, hizo su décima visita al país --una vez más, por sorpresa--, durante la que el jefe de las tropas estadounidenses en Irak, George Casey, dijo que el número de soldados se reducirá el año próximo.

En un mensaje dirigido a la nación, el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, dijo, en referencia a los autores del asesinato, que "nadie les reconocerá que pertenecen al islam, que son combatientes o que son humanos, porque el acto monstruoso que han cometido les define como bárbaros abyectos". En el comunicado emitido por el grupo terrorista de Abú Musab al Zarqaui, Al Qaeda acusa a Argelia de "haber enviado a estos dos apóstatas como aliados de los judíos y los cristianos de Irak". "¿No os habíamos advertido contra las alianzas con los estadounidenses?", advierte el mensaje.

DETENCIONES EN BAGDAD El Gobierno iraquí anunció recientemente la detención de dos personas que habían participado en la captura de los argelinos, lo que hizo albergar esperanzas de que la operación pudiera llevar hasta sus captores y propiciar su liberación. Pero estas detenciones tal vez no sean sino una más de las que anuncia el Gobierno, que en innumerables ocasiones difunde el arresto de "lugartenientes" de Zarqaui, sin lograr reducir la capacidad letal del grupo.

Ayer mismo, el Ejecutivo iraquí anunció la captura de otro importante miembro de Al Qaeda, en este caso un hombre de confianza de Aymán al Zawahiri, el egipcio considerado el brazo derecho de Osama bin Laden.

OTRO ATAQUE SUICIDA Y mientras los iraquís siguen viviendo sin saber qué es la seguridad --ayer murieron tres civiles en el ataque a la estación de autobuses de Bagdad y otros cinco en un ataque suicida contra un hospital--, Casey, jefe de las tropas de EEUU en Irak, declaró, con Rumsfeld al lado, que espera "reducir sustancialmente" el número de militares en el 2006.