Faluya vive desde ayer una frágil tregua de varias horas que una delegación de mediadores iraquís ha instaurado para negociar un acuerdo que ponga fin a la ofensiva más sangrienta de EEUU en la posguerra. A las 10 de la mañana de hoy (dos horas menos en España) finaliza el alto el fuego, aunque los mediadores se mostraban confiados ayer en que las negociaciones fructificarán y que, al menos, la tregua podrá prorrogarse.

No es una tregua total. En Faluya se oían disparos y enfrentamientos y dos marines resultaron heridos. Según fuentes del equipo negociador --formado por un miembro del Consejo de Gobierno Iraquí (CGI) y representantes del Partido Islámico de Irak y de Organización Iraquí de Ulemas (OIU)--, "el 80% de la resistencia" ha respondido positivamente a la petición de poner fin a los combates.

EXIGENCIAS Para poner fin a las hostilidades, las autoridades religiosas y políticas de Faluya exigen el levantamiento del asedio, la retirada de los marines y que la policía iraquí vuelva a patrullar las calles. Los ocupantes exigen el fin de la actividad de la resistencia y la entrega de los responsables del asesinato de cuatro guardias de seguridad privados estadounidenses. El administrador civil estadounidense de Irak, Paul Bremer, declaró ayer que la prioridad de EEUU es lograr el fin de las hostilidades sin que ello sea interpretado como una victoria por los guerrilleros.

Aprovechando la tregua, miles de personas huyeron ayer de Faluya. Según fuentes de la Media Luna Roja iraquí, unas 5.000 familias han dejado la ciudad para refugiarse en el desierto.

EL ARBAIN Ayer, Sadr no protagonizó la fiesta del Arbain en Kerbala. Sus seguidores organizaron una manifestación durante la festividad religiosa. Sadr ha jugado estos días su carta más moderada y varios de sus lugartenientes han expresado su voluntad de iniciar negociaciones para poner fin a la insurrección de sus milicias si las fuerzas ocupantes dejan Nayaf, liberan a los seguidores de Sadr y levantan el asedio de Faluya.

Desde el CGI surgieron voces para que EEUU considere negociar un acuerdo con Sadr que consistiría en olvidar su detención por la muerte de otro clérigo en Nayaf. Pero EEUU mantiene la postura de derrotar a Sadr.

Mientras, la violencia azotó otras partes de Irak. Dos soldados de EEUU murieron cerca del aeropuerto de Bagdad cuando un helicóptero Apache fue derribado. En la capital, volvió a haber enfrentamientos en Adamiya y otro soldado murió en Baquba. Al norte, en Kirkuk, cuatro insurgentes fueron abatidos por los militares y otros 10 murieron cerca de la frontera con Siria.

Por su parte, el presidente de EEUU, George Bush, dijo ayer que "la semana ha sido dura" en Irak. El mandatario fue con su esposa, sus padres, sus hijas y la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, a la misa de Domingo de Resurrección en la base de Fort Hood (Texas).