El cónclave de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) concluyó ayer en Nápoles con un avance significativo en las negociaciones de la reforma institucional, salvo en la exigencia española de conservar un poder de voto casi igual al que tiene Alemania en la futura Constitución.

La reunión abrió la vía para desbloquear la composición de la futura Comisión Europea con un comisario por país con derecho a voto y la fijación del número mínimo de cinco eurodiputados por país. Aspectos que obtuvieron un respaldo generalizado.

ENFRENTAMIENTO El cónclave, sin embargo, consolidó el enfrentamiento de España y Polonia con la mayoría de países por el sistema de votación en el Consejo de Ministros de la UE. La presidencia italiana no ofreció a España ninguna solución alternativa, ni ninguna medida para compensar su subrepresentación en la Eurocámara.

España y Polonia insistieron en mantener el reparto de votos por países pactado en el Tratado de Niza. "No se puede cambiar el sistema de votos del Consejo, mientras que la Comisión Europea y el Parlamento Europea se mantienen dentro del marco de Niza", afirmó la ministra española, Ana Palacio. "Hay que mantener un equilibro global entre las instituciones", añadió.

Gran Bretaña echó un capote a España y Polonia y planteó retrasar la decisión sobre el sistema de votación al 2009. La iniciativa rompió el aislamiento de España y Polonia, pero fue muy mal recibida por la mayoría y por el Parlamento Europeo. "Estamos en el 2003, por qué promover problemas inútiles y no fijar una cita para replantear la cuestión en el 2009, para ver si el sistema de Niza funciona o no", afirmó el ministro británico, Jack Straw.

Palacio aseguró que la cuestión de los votos deberá dirimirse en la cumbre de Bruselas del 12 y 13 de diciembre. "Esperemos llegar a un acuerdo", afirmó la ministra, que rechazó la acusación de que España bloqueara la Constitución. El ministro alemán, Joschka Fischer, se mostró más pesimista. "Me voy de Nápoles más pesimista que cuando llegué", afirmó Fischer. "Retrasar la reforma de los votos equivaldría a un fracaso", agregó. El ministro francés, Dominique de Villepin, instó a España y Polonia a aceptar la posición mayoritaria.

El ministro italiano, Franco Frattini se mostró exultante: "Se ha dado un gran paso adelante en los temas institucionales, que no era imaginable". Frattini concluyó que la gran mayoría de países respalda sustituir el reparto de votos de Niza por un sistema simple de doble mayoría. No obstante, un grupo de pequeños países introdujo una complicación al plantear que esa doble mayoría debería tener el mismo porcentaje en países y población, 51% o 60%, en lugar de una mayoría de países que sumen el 60% de la población, prevista en el borrador de Constitución.