El presidente boliviano, Evo Morales, enfrentaba ayer su más arriesgado desafío político interno con la decisión de las regiones más ricas del país de declarar su autonomía y controlar, de hecho, los recursos gasísticos. Morales dispuso el estado de "alerta" y "vigilancia" de las Fuerzas Armadas. Los "cabildos autonómicos" de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija se realizaban anoche con tensión. A mediodía, simpatizantes del Gobierno y "autonomistas" se enfrentaron a balazos y piedras en la ruta cruceña. Hubo 8 heridos.

El choque entre Morales y las regiones, administradas por la derecha, se agudizó en agosto, tras las elecciones constituyentes. En esa ocasión, se realizó una consulta paralela sobre las autonomías. Ganó el no por un 54%. Pero el se impuso en las zonas que ahora reclaman su puesta en marcha.