El Parlamento británico superó en la madrugada del martes la primera etapa legislativa para poner fin a la supremacía del derecho europeo en el Reino Unido. El proyecto de ley, debatido durante dos largas jornadas en la Cámara de los Comunes, fue aprobado en primera lectura por 326 votos a favor frente a 290 en contra. La primera ministra Theresa May, sin mayoría en la Cámara, logró sin embargo sacar el texto adelante con un holgado margen de 36 votos, gracias al respaldo de algunos diputados laboristas rebeldes. La Ley de retirada de la Unión Europea permitirá trasladar unas 20.000 leyes aprobadas a lo largo de más de 40 años, e incorporarlas al sistema británico. De esta forma las leyes de la UE existentes pasarán a formar parte de las del Reino Unido, sin vacíos legales cuando el brexit se consume.

AMPLIOS PODERES PARA MAY / Tras la aprobación, May celebró la «histórica decisión», del Parlamento, de «respaldar la voluntad de pueblo británico». Pero el proyecto ha sido muy criticado. «Es un resultado muy decepcionante», declaró el encargado laborista del brexit, Keir Starmer, que añadió: «Esta ley es una afrenta a la democracia parlamentaria».

El problema radica en que el Gobierno se está otorgando a sí mismo poderes para modificar las leyes durante el proceso sin necesidad de consultar al Parlamento. Esa fue la razón por la que el líder laborista, Jeremy Corbyn, al igual que el resto de los partidos de la oposición, -nacionalistas escoceses y liberales demócratas-, decidieron votar en contra de lo que consideran «un golpe de mano»». A pesar de ello, siete diputados laboristas desafiaron a Corbyn y votaron a favor.

El texto también provoca grandes reticencias en numerosos diputados conservadores, pero el ministro para el brexit, David Davis, les advirtió que un voto de rechazo equivaldría a «una salida caótica de la Unión Europea». «Los británicos no votaron en favor de la confusión» en el referéndum sobre el brexit de junio de 2016, y «el Parlamento tampoco debe hacerlo», subrayó. De acuerdo con el Gobierno, esos poderes son necesarios para realizar correciones puramente técnicas en miles de leyes europeas.