Asustado por el dolor que podría causarle la inyección letal, un condenado a muerte en Virginia (EEUU) optó por la ejecución en la silla eléctrica, la primera que se practica en los últimos dos años en Estados Unidos. "No hubo complicaciones", anunció el jueves por la noche el portavoz de la prisión, Larry Traylor, tras dar por muerto a Brandon Hedrick, a las 21.12 hora local (3.12 del viernes en España).

Hedrick tenía 27 años y fue condenado a la pena máxima por violar y asesinar en 1998 a Lisa Crider, una joven de 23, madre de un niño de 5 años. La semana pasada fue informado por los funcionarios de prisiones de que podía elegir entre la silla eléctrica y la inyección letal, según explicó su abogado, Robert Lee. Aunque el reo no dijo si le habían explicado el dolor que podría producir la ejecución por inyección letal, Lee aseguró que estaba al tanto de las numerosas quejas y demandas por esta causa presentadas en los últimos meses. "Está claro que todo esto le influyó", comentó el letrado.

El estado de Virginia comenzó a ofrecer a los reos de muerte la opción de la inyección letal en 1995, por considerarla un método más suave y humano de ejecución que la silla eléctrica. Sin embargo, el cóctel de drogas letales que se emplean para sedar primero al condenado y paralizar después sus órganos vitales puede en ocasiones fallar, con lo que el reo continúa consciente pero sin poder moverse y padeciendo agudos dolores.

SORPRESA Sobre esta base, el Tribunal Supremo decidió el mes pasado que los condenados pueden impugnar el empleo de la inyección letal, a causa del dolor "cruel e inhumano" que puede causar, un castigo que prohíbe la Constitución. Hedrick fue el cuarto reo que elige en Virginia esta forma de ejecución, algo que sorprendió incluso a la madre de su víctima. "El pudo elegir, mientras que a mi hija no le preguntó lo que prefería", señaló Dale Alexander.