Una ficción. Eso fue la supuesta y milagrosa resurrección de Jan Grzebski, un obrero ferroviario de la ciudad de Dzikow (Polonia) que sufrió un accidente durante la era comunista y que, según informó la televisión polaca, se despertó hace apenas unos días tras un coma profundo que le mantuvo aislado y en cama cerca de 19 años. Los médicos y la propia mujer de Grzebski desmintieron esa información asegurando que tras el accidente, en 1988, el obrero permaneció cuatro años en estado de coma, pero que luego se recuperó, aunque durante largo tiempo no pudo abrir los ojos y debía recibir asistencia de un equipo mecánico para que pudiera respirar.

EL REFERENTE EN EL CINE La historia recorrió el mundo ya que el caso de Grzebski parecía similar al de la película alemana Good bye, Lenin, en que se relata, de forma cómica y tierna, como una militante comunista de la desaparecida República Democrática Alemana cae en estado de coma antes del derrumbamiento del muro de Berlín y no se entera de los cambios que terminaron con el dominio comunista y llevaron a la reunificación alemana.

La historia de Grzebski podía incluso haber superado a la ficción, ya que permitía afirmar que este no se enteró de los cambios producidos en Polonia tras las luchas del sindicato Solidaridad. Además, despertaba ahora en un país que dejó de ser socialista, que no depende de los designios de Moscú y que se ha transformado en una nación capitalista, proestadounidense y dirigida hoy por dos mellizos ultraliberales. "Me enteré de todo, pero no podía expresarme al respecto", dijo ayer Grzebski. Su mujer agregó que se había encargado de "contárselo todo" para ponerle al día.