La conflictiva visita de la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, a Moscú para negociar con el Kremlin sobre el próximo despliegue del escudo antimisiles de Estados Unidos en la República Checa y Polonia se complicó ayer todavía más tras el encuentro de Rice con defensores rusos de los derechos humanos. Estos denunciaron ante Rice el retroceso de la democracia y el auge de la censura y el autoritarismo en Rusia bajo el régimen del presidente ruso, Vladimir Putin.

Visiblemente airada con el fracaso de su reunión del viernes con el presidente ruso, quien reiteró su rechazo al sistema de defensa antimisiles, Rice se comprometió a ayudar a activistas rusos de derechos humanos a construir instituciones para proteger a la gente del "poder arbitrario del Estado". La jefa de la diplomacia de EEUU arremetió contra "la excesiva concentración del poder" del Kremlin.

CITA EN LA EMBAJADA "Confío en ellos porque su objetivo es construir instituciones que son propias de Rusia pero que también son respetuosas con lo que todos sabemos que son valores universales: los derechos de los individuos a la libertad, el derecho de libertad de culto, el derecho de reunión, el derecho a no tener que lidiar con el poder arbitrario del Estado", dijo Rice en su reunión con ocho activistas.

Entre los que asistieron a la cita con Rice, celebrada en la embajada estadounidense en Moscú, estaba Liudmila Alexeieva, presidenta del Grupo de Helsinki de Moscú; Tatiana Lokshina, directora del grupo DEMOS; Svetlana Gannushkina, presidenta del comité de ayuda cívica para refugiados, y Aleksandr Brod, jefe de la Oficina de Derechos Humanos de Moscú. A la reunión también asistió Vladimir Lukin, el delegado del Gobierno para los derechos humanos.

Tanto la reunión como las declaraciones de Rice fueron recibidas con gran recelo por el Kremlin, muy sensible a las acusaciones occidentales de la falta de libertades democráticas en el país.

A pocas semanas de las elecciones parlamentarias del 2 de diciembre y de las presidenciales, previstas en marzo del 2008, las autoridades rusas han acusado recientemente a los gobiernos y servicios especiales extranjeros de trabajar de manera activa para alterar el resultado de estas dos convocatorias.

NO A UN ´JUICIO FINAL´ Contestando a las críticas de Rice, Vladimir Lukin advirtió de que "el diálogo sobre los derechos y libertades no debe llevarse a cabo en forma de ´juicio final´, cuando una de las partes juzga a las demás, que se resisten a ello". "En vez de dar a Rusia lecciones de democracia, hay que llevar a cabo un diálogo amistoso para que las partes superen sus complejos", indicó Lukin.

El Defensor del Pueblo dijo que las autoridades, al igual que las de las demás antiguas repúblicas de la Unión Soviética, aún sufren un "síndrome soviético, que se manifiesta en la exageración del papel del Estado y sus intereses, en detrimento de los derechos humanos".

Rice llegó el viernes a Moscú para participar en las negociaciones entre los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores de Rusia y EEUU sobre temas estratégicos, incluido el plan de Bush para construir un escudo antimisiles en el centro de Europa.

Putin, que ha reiterado en varias ocasiones que la ampliación del sistema de defensa antimisiles a la República Checa y Polonia representa una amenaza directa a la seguridad nacional de Rusia, amenazó el viernes con denunciar el tratado sobre misiles balísticos de alcance medio, firmado en 1987 por la URSS, si Estados Unidos no frena sus planes mientras siguen las negociaciones ruso-estadounidenses.