El emperador Nerón (años 37-68) fue absuelto esta semana al final de un proceso público, celebrado en la basílica de Massenzio, en los Foros Imperiales de Roma. Y eso que se enfrentaba a graves acusaciones: el incendio de Roma, las primeras persecuciones de los cristianos y los asesinatos de su madre, de su hermano adoptivo y de sus dos esposas. Pese a las atrocidades, fue hallado inocente.

La vista se celebró en las ruinas del edificio cercano al Coliseo, donde en su día se encontraba el tribunal de la capital del mundo. Seis jurados populares le declararon inocente y otros cinco culpable. Ante el estupor de la platea, ocupada por 1.200 personas que siguieron la vista oral, el director del singular proceso solicitó un nuevo veredicto, esta vez de todo el público, y la condena ganó por una aplastante mayoría absoluta. Entre los presentes se oyó un sonoro suspiro de alivio.

Tras hora y media de repaso a la vida del emperador, al que los historiadores definen como cruel y déspota, frente a la mesa del tribunal quedaron los cargos. Nerón Claudio César Augusto Germánico Lucio Domiciano Barbo, alias Nerón, fue acusado de cuatro homicidios, por lo que debe ser considerado culpable, dijo el fiscal.

El original proceso se inserta en un filón de "revisiones históricas" que intelectuales y profesionales han organizado en los últimos 25 años sobre personajes públicos.

Como en el siglo I

Esta vez, el aula judicial fue la misma que funcionaba en la Roma del siglo I después de Cristo. Sobre el escenario había dos facistoles, uno para la acusación y otro para la defensa, y unas columnas corintias, como las del templo de Venus y Roma. Un narrador, situado entre unos músicos, mantenía el hilo narrativo de la vida de Nerón, que fue emperador de Roma a los 17 años y falleció a los 32.

A medida que la acusación y la defensa se intercambiaban sus alegatos, aparecían en el escenario los testigos de cargo y descargo. Estuvo Agripina, madre de Nerón y artífice de la carrera política del hijo. Salió Mesalina, la amante lujuriosa. Se presentaron Séneca, el maestro español de Nerón, y Británico, desinteresado por el poder, hijo del emperador Claudio, quien adoptó a Nerón como un segundo hijo. Todos fueron interpretados por actores y actrices conocidos. No fue una obra de teatro, sino un proceso escenificado.

Argumentos de inocencia

La defensa pidió una declaración de inocencia, arguyendo: "Tuvo un destino que no era el suyo. Vivió en un mundo pueril que chocó contra el poder y no pudo sino soportarlo, tuvo una madre violenta y un maestro opresor; vivió en sus sueños e ilusiones; durante su Gobierno, Roma vivió en paz y prosperó, porque solo en la paz se prospera; le perdió la tentativa de helenizar el Imperio Romano antes de tiempo".

Como buena madre, Agripina, que sería asesinada por orden de Nerón, dijo que lo había "sacrificado todo" por su hijo, y admitió que fue ella quien maniobró para que Claudio adoptase a Nerón, que ella hizo y deshizo en la corte y que quiso subordinar el Senado al emperador. "¡Rea confesa!", espetó la acusación. Séneca admitió frente a Agripina que juntos habían "estropeado" a Nerón, pero afirmó que no fue él quien le corrompió. "Tú eres una madre incestuosa e infame", dijo el filósofo español. "¡Español! ¡Español! Tú has jugado en dos mesas, como es habitual", respondió Agripina.

Anoche fue procesado Tiberio como autor intelectual de la muerte de Jesús de Nazaret, en descargo del gobernador de Palestina, Poncio Pilato.