Sadam Husein ha abierto una fractura de alcances imprevisibles al declarar ayer que no tiene ninguna intención de destruir los misiles Al Samud 2, de alcance mayor que el permitido por la ONU. En una entrevista con la cadena de televisión estadounidense CBS, el líder iraquí justificó su decisión en el hecho de que los misiles no violan ninguna resolución de las Naciones Unidas.

Sadam respondía así al jefe de los inspectores de desarme, Hans Blix, que horas antes había dicho que la destrucción de los Al Samud 2 no era negociable y que debía empezar este sábado, 1 de marzo. "Hemos fijado una fecha para el inicio de la destrucción de esos misiles y esperamos que se respete", había dicho Blix, que lo único que estaba dispuesto a discutir con Bagdad era "el ritmo" con el que se destruirían.

BLIX Y EL USO DE LA FUERZA

La dureza de Blix con Irak y su desconfianza hacia el régimen que lo gobierna quedó patente en la entrevista que concedió esta semana a la revista Time , en la cual afirma que Sadam "no tiene credibilidad", y que "la diplomacia podría necesitar ser respaldada con la fuerza".

El veterano diplomático no precisó el tiempo que necesitará para certificar el desarme de Irak por medio de las inspecciones, y comentó que el futuro de Bagdad "será al final una decisión política". Blix rechazó de plano la insinuación de que está siendo adoctrinado por la Administración de EEUU en cuanto a lo que debe decir en sus informes sobre desarme.