Aunque rodeada de reticencias, la idea del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de crear una Unión Mediterránea (UM) avanza. Francia plantea la UM como una organización de 25 países, los 22 ribereños del Mediterráneo más Portugal, Jordania y Mauritania, y abierta a todos los socios de la Unión Europea (UE) que quieran participar.

La apertura a todos los miembros de la UE obedece, sobre todo, a las exigencias de Alemania, cuya cancillera, Angela Merkel, ha criticado abiertamente el proyecto de Sarkozy. En su última entrevista, en París, Sarkozy intentó tranquilizar a Merkel, pero la cancillera no salió muy convencida. De ahí que no deje de repetir que toda "cooperación reforzada" entre ciertos países de la UE --para Alemania, la UM se inscribe en esa política comunitaria-- debe estar "abierta a todos" los socios porque, si no, hay un riesgo de división en Europa, con Alemania mirando al este y Francia al sur. También Italia y España han puesto condiciones, por lo que Sarkozy abordará hoy el tema con Romano Prodi y José Luis Rodríguez Zapatero.

Francia niega que haya peligro de división. "Podemos agrupar a los estados mediterráneos sin dividir Europa", afirmó a primeros de mes el secretario de Estado de Asuntos Europeos, JeanPierre Jouyet. "El Mediterráneo es, después de Europa, nuestra segunda área de solidaridad. Sin embargo, es la única zona del mundo que no dispone de una organización multilateral".

Los países reticentes y la Comisión Europea no entienden la creación de la UM cuando, desde 1995, existe el proceso de Barcelona. Fuentes diplomáticas francesas insisten en que su intención es "despertar" el moribundo proceso de Barcelona. Francia quiere ir más allá, aunque las mismas fuentes no aciertan a explicar los motivos por los que la nueva UM sí que podrá superar el estancamiento de la política mediterránea, paralizada en buena parte por la asignatura pendiente de la resolución del conflicto árabe-israelí.

EN JUNIO DEL 2008 La diplomacia francesa prepara para la primera quincena de junio del año próximo el lanzamiento de la UM. Francia asegura que todos los países ribereños son favorables a la UM, excepto Turquía. En esa fecha, se celebrará en Marsella una cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno. La UM tendrá una presidencia rotatoria --la primera será ocupada por Francia-- y un pequeño secretariado encargado de preparar los encuentros. Las citadas fuentes reconocieron que la primera cumbre se ha fijado en junio para separarla de la presidencia francesa de la UE, que se inicia en julio.

Pero todos los contenidos de la UM propuestos por Francia caben en el proceso de Barcelona. Por eso el Gobierno español entiende la nueva organización como un foro que aporte ideas a ese proceso, una visión alejada de las pretensiones de París.