En pleno macrojuicio contra decenas de opositores iranís, un destacado dirigente de los Guardianes de la Revolución, poderoso cuerpo paramilitar del régimen islámico, pidió ayer que sean detenidos y juzgados los excandidatos presidenciales, Mirhusein Musavi y Mehdi Karrubi, y el expresidente del país, Mohamed Jatami.

El comandante Yadollah Javan acusa a los tres máximos representantes del reformismo iraní de estar detrás de las protestas contra la victoria electoral del ultraconservador, Mahmud Ahmadineyad, en las pasadas elecciones del 12 de junio, y de intentar un golpe de Estado.

"¿Cuál ha sido el papel de Jatami, Musavi y Karrubi en este golpe de Estado? Si son los instigadores, que lo son, los responsables de justicia y de la seguridad deben detenerlos, juzgarlos y castigarlos", afirma Javan en el semanario Sobhe Sadegh , dirigido por Javan, que pertenece a los Guardianes de la Revolución.

En términos similares, aunque sin citar nombres, se expresó el general Masud Jazayeri, uno de los jefes adjuntos del Estado Mayor del Ejército, que pidió ayer que se tomen medidas contra "los jefes del complot". El militar pidió además "un mayor control sobre las embajadas", después de que en el macrojuicio del pasado sábado Hosein Rasam, un empleado local de la embajada británica, reconociera haber facilitado a EEUU información sobre las manifestaciones anti-Ahmadineyad.

Las protestas se saldaron con la muerte de 26 personas y más de 2.000 detenidos, según cifras oficiales. Al menos tres de los arrestados murieron el mes pasado en el centro de detención de Kahrizak. Uno de los fallecidos era el hijo del principal asesor del ultraconservador Mohsen Rezai, exjefe de los Guardianes de la Revolución y que fue uno de los candidatos a la presidencia en las elecciones de junio. Tras la muerte de los detenidos, el Guía Supremo Ali Jamenei ordenó el cierre de la prisión.