La primera sesión del 111º Congreso de Estados Unidos debería haber sido una fiesta para el Partido Demócrata, una jornada de celebración de la recuperación de la mayoría en las dos cámaras dos semanas antes de que un presidente demócrata vuelva a ocupar la Casa Blanca.

Sin embargo, dos asientos vacíos en el Senado y un espectáculo circense dominaron la jornada en el Capitolio, donde se respira también malestar por la decisión del presidente electo, Barack Obama, de elegir como director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a Leon Panetta, un antiguo congresista y jefe de personal de Bill Clinton sin prácticamente experiencia directa en el mundo del espionaje.

Capitol Hill se convirtió en un circo una hora antes de que el vicepresidente saliente, Dick Cheney, empezara a tomar juramento a los senadores (incluyendo al que será su sucesor, Joe Biden, que no abandonará su escaño hasta jurar la vicepresidencia el 20 de enero). La atracción era Roland Burris, el exfiscal general de Illinois al que el controvertido gobernador Rod Blagojevich (investigado por corrupción por el FBI) ha elegido para el escaño que ocupaba Obama.

Rodeado de sus abogados y entre una nube de periodistas, Burris se hizo camino hasta la oficina de la secretaria del Senado y presentó sus credenciales. Estas fueron rechazadas por no cumplir los requisitos legales. Y es que Burris tiene la firma de Blagojevich, pero no la también necesaria del secretario de Estado de Illinois (que se niega por la supuesta intención del gobernador de vender el escaño).

OPCIONES Desde el propio Obama hasta líderes demócratas se niegan a aceptar a Burris, pero este y sus abogados no se dan por vencidos y ayer se barajaban opciones para resolver el entuerto, posibilidades que van desde librar la lucha en los tribunales hasta que se pacte con el partido la aceptación del senador si este se compromete a no presentarse a la reelección en el 2010.

Si el caso Burris tiene tintes surrealistas tampoco le falta drama al de Al Franken. Este comediante era candidato demócrata al Senado en Minnesota, pero no fue hasta el lunes cuando se declaró ganador, tras el último recuento de votos. Su rival, el republicano Norm Coleman, ha retado ese recuento ante la justicia y la victoria de Franken aún no ha sido certificada, por lo que ayer no pudo jurar su cargo.

Los demócratas están también molestos por la elección de Panetta para dirigir la CIA. Dianne Feinstein, la demócrata que va a presidir el comité de espionaje en el Senado, criticó la designación y no haber sido consultada, y añadió que a la CIA le conviene más un director con experiencia profesional en ese terreno.