El primer ministro israelí, Ariel Sharon, sufrió ayer por la noche un nuevo ataque cerebral que provocó su ingreso de urgencia en el Hospital Hadasa de Jerusalén. Un portavoz del centro médico anunció que Sharon, que hoy debía ser intervenido del corazón, decidió "transferir los poderes al viceprimer ministro debido a que debe ser anestesiado". Según la prensa local israelí, el delicado estado de salud de Sharon habría obligado a conectarle a un respirador artificial.

Tan sólo unas horas antes, el primer ministro recibía, a tres meses de las legislativas, la noticia de la resurrección de los casos de corrupción. El Canal 10 informó de que la policía solicitó autorización para investigar el ordenador de dos empresarios austriacos ante los indicios de que entregaron 2,5 millones de euros a Sharon para financiar ilegalmente su campaña.