Las regionales del 2004 fueron el trampolín de Royal. Su inesperada victoria le valió el mote de Zapatera. En septiembre del 2005, planteó la opción de la candidatura presidencial, hecho que causó sarcasmo entre los elefantes del PS. En noviembre del 2005, en el Congreso Socialista, Royal, a la que criticaban su falta de ideas, ya era la favorita de los sondeos. Pero fue marginada en el reparto de papeles. Hizo campaña en solitario, alejada del aparato del PS. Los sondeos le dieron alas para seguir. M. C.