La docena de soldados y técnicos de Irán que entraron la noche del jueves en el yacimiento de Faka, situado en territorio iraquí, y ocuparon el pozo número 4 abandonaron la instalación ayer pero solo se desplazaron 50 metros, todavía dentro de suelo de Irak. "Pedimos que regresen de donde vinieron", manifestó ayer el portavoz del Gobierno de Bagdad, Alí al-Dabbagh. Fuentes de Teherán dijeron que sus soldados regresaron a sus posiciones de origen tras desmantelar un puesto de control levantado por el Ejército iraquí junto al yacimiento. Irán considera que el pozo, situado a 100 metros de la frontera de ambos países, se encuentra en su territorio.