El Gobierno israelí ha presentado a las autoridades rusas "pruebas contundentes" de que Hizbulá ha usado contra el Ejército hebreo cohetes antitanque y lanzagranadas que Moscú había vendido a Siria, según informó ayer el diario israelí Maariv. De esta forma, Israel espera que Rusia deje de vender armas a Damasco con el argumento de que finalmente acaban llegando a las manos de la milicia chií. La resolución 1701 de la ONU exige un embargo de armas a la milicia. Previamente, Moscú había dado garantías a Israel de que las armas que entregaba a Siria no acabarían en el sur del Líbano.