Cuatro personas, entre ellas dos extranjeros, han muerto hoy en un atentado suicida reivindicado por los talibanes contra las oficinas de una agencia de desarrollo estadounidense (USAID) en la ciudad de Kunduz, en el norte de Afganistán.

El atentado, en el que también han sido abatidos dos kamikazes antes de que hicieran explotar sus carga, se ha producido días antes de la llegada a Afganistan del nuevo patrón de las fuerzas internacionales, el general americano David Petraus.

En torno a las tres de la madrugada, hora local, al menos cuatro talibanes han entrado en las dependencias de la organización de desarrollo y dos de ellos han hecho explotar su cinturón de explosivos. "El primer kamikaze ha detonado la carga en la entrada, el segundo lo ha hecho en el interior, matando a un extranjero", ha declarado Mohammad Omar, gobernador de la provincia de Kunduz.

KAMIKAZES ABATIDOS

En la explosión también han fallecido un policía y un agente de seguridad alemán que, según diversos medios de comunicación germanos, trabajaba para una compañía privada encargada de proteger las oficinas de la organización. A estas dos muerte se suman las de dos kamikazes abatidos por las fuerzas de seguridad antes de accionar su carga.

Estos hechos se enmarcan en los diferentes ataques que se han producido en los últimos meses contra organizaciones americanas de ayuda al desarrollo, sobre todo en las provincias meridionales de Helmand y Kandahar, donde los combates contra los insurgentes son más intensos.

Por otro lado, en el sur del país, tres soldados de la OTAN y varios insurgentes han muerto en diversos sucesos violentos ocurridos durante las últimas 24 horas, según ha informado la Alianza Atlántica.

Los soldados han perdido la vida por el estallido de artefactos explosivos improvisados en dos lugares no precisados, mientras que los insurgentes han fallecido en un ataque aéreo lanzado sobre una zona aislada del distrito de Tamak Wa Jaldak, en la provincia meridional de Zabul.

Esta ofensiva se enmarcan en las operaciones que las fuerzas internacionales realizan en Zabul para desmantellar células insurgentes encargadas de la fabricación de bombas camineras.