Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) acudirán hoy a la cumbre de Bruselas para mostrar que Europa no ha quedado paralizada por el no irlandés al Tratado de Lisboa, como ocurrió hace tres años con el rechazo del proyecto de Constitución europea. La cumbre, no obstante, deberá definir la estrategia de los Veintisiete para superar la crisis política abierta por el fracaso del Gobierno irlandés en lograr la ratificación popular de las reformas de la UE. "Tras el resultado del referendo irlandés, es importante que mostremos que la UE va a continuar adelante y que proseguirá por la senda del progreso", destacó el primer ministro esloveno y presidente semestral de la UE, Janez Jansa, en la carta de invitación a la cumbre.

La presidencia eslovena incidirá en la imparable escalada de los precios de los alimentos y del petróleo. Jansa destacó la necesidad de "decidir una serie de medidas a corto, medio y largo plazo" para hacerle frente.

Seis después del revés irlandés, el Parlamento británico ratificó ayer el Tratado de Lisboa, una vez superado el último trámite en la Cámara de los Lores.