La cumbre de primavera de la UE concluyó ayer con una reafirmación de su modelo socioeconómico frente al ultraliberalismo, lo que debería contribuir a la ratificación de la Constitución Europea en el crucial referendo francés de mayo. Los líderes de la UE acordaron cambiar sustancialmente el proyecto de liberalización del sector de servicios para que respete el modelo social europeo, y ratificaron la reforma del pacto de estabilidad para que no obstaculice el crecimiento con su inflexible rigorismo en la supresión del déficit público.

La cumbre también consolidó el liderazgo europeo en la lucha contra el cambio climático, al fijar unos objetivos ambiciosos para acelerar la reducción de las emisiones de gases después del 2012, cuando expiren los acuerdos de Kioto. Los líderes asumieron como referencia reducir entre el 15% y el 30% las emisiones de gases cara el 2020, con relación a su nivel de 1990.

SATISFACCION PARLAMENTARIA La decisión del Consejo Europeo de corregir los excesos ultraliberales del proyecto de directiva para crear un mercado único en el sector de servicios fue aplaudida por los grupos liberal, socialista, verde e izquierda unitaria del Parlamento Europeo. La batalla política sobre este polémico proyecto se trasladará ahora a la Eurocámara y al Consejo de Ministros de la UE, donde se corregirá a través de enmiendas.

El presidente francés, Jacques Chirac, afirmó que el principio del país de origen en la apertura del mercado de servicios "es inaceptable", tal como está planteado. El principio permite a una empresa ofrecer sus servicios en toda la UE mientras respete la ley de su país de origen, lo que abre la puerta al dúmping social, laboral y tributario, según los críticos del proyecto.

La victoria de Francia, Alemania y los demás defensores del modelo social europeo no supone el final de la controversia, porque el primer ministro polaco, Marek Belka, ya anunció que el objetivo final de su país es "lograr la liberalización total de los servicios". "Necesitamos un acceso libre al mercado de servicios en toda Europa", añadió Belka, tras explicar que los nuevos miembros del Este tienen una ventaja competitiva por sus menores costes sociales y laborales.

IMPULSAR EL EMPLEO Los líderes europeos apostaron por revitalizar el crecimiento y la creación de empleo a través de un reforzamiento del tejido industrial y de las inversiones en investigación.

Así, la cumbre acordó construir un reactor de fusión nuclear experimental ITER antes de acabar este año en Cadarache (Francia), con o sin la participación de Japón o de EEUU. El proyecto ITER representa una apuesta tecnológica puntera del calibre de Airbus, Ariane y Galileo. Ante el fracaso en la aplicación de la estrategia de Lisboa para convertir a la UE en la zona más competitiva del mundo en el 2010, se acordó elaborar unos programas nacionales anuales para comprometerse con más firmeza a adoptar las reformas económicas previstas. Pero gran parte de conclusiones de la cumbre son la repetición de compromisos pasados incumplidos.

Los líderes europeos abandonaron la cumbre con las espadas en alto cara a la próxima batalla sobre el marco presupuestario de la UE a partir del 2007, en el que España se juega la pérdida de un porcentaje muy alto de sus ayudas. Francia y Alemania insistieron en congelar el gasto europeo, pese a los mayores costes que implican la ampliación y las nuevas políticas europeas y pese a la flexibilidad lograda para sus déficits públicos. Chirac apuntó como solución suprimir el cheque británico, por el que Gran Bretaña recupera parte importante de su contribución al presupuesto comunitario, pero Londres descartó esa opción.