El primer ministro francés, Dominique de Villepin, responderá hoy ante el Parlamento por su supuesta implicación en el caso Clearstream , un montaje de los servicios secretos destinado a involucrar a su rival y ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, en una falsa trama de corrupción. Ante el coro de voces de la derecha y la izquierda que piden su dimisión, Villepin respondió convocando hoy a su Gobierno, para demostrar que controla la situación.

Según el diario Le Parisien , fuentes de la presidencia francesa consideran "sin fundamento" la dimisión del primer ministro, y dicen que lo único que el presidente Chirac desea es que "todo el mundo se ponga a trabajar". No obstante, el caso Clearstream llegará al Parlamento con la tradicional sesión de preguntas al Gobierno, y Villepin tendrá que dar la cara. Horas antes, se reunirá con los parlamentarios de su partido, la Unión por un Movimiento Popular, para calibrar el apoyo que puede esperar.

Mientras, el trabajo de los jueces Jean-Marie d´Huy y Henri Pons continúa y, citando "fuentes concordantes", Le Journal du Dimanche apuntaba ayer que los dos magistrados pueden ordenar registrar el palacio de Matignon, residencia del primer ministro.