Estados Unidos ha suspendido temporalmente, hasta el 7 de abril, la expulsión de inmigrantes originarios de Sri Lanka y de las Maldivas. Esta medida se podría extender a los habitantes procedentes de los otros países devastados por el tsunami, cuyos casos serán revisados individualmente, según informaron fuentes gubernamentales.

"Es una cosa que estamos estudiando, pero todavía no se ha tomado una decisión", declaró Bill Strassberger, portavoz de los servicios americanos de inmigración. Strassberger cifró en "algunos miles" el número de personas que se podrían beneficiar de esta medida de gracia. Estos ciudadanos podrán solicitar permisos de trabajo y residir en Estados Unidos durante 18 meses.

Según datos gubernamentales, 4.290 personas originarias de los países afectados por el maremoto se encontraban en una situación ilegal y podían haber sido expulsadas por los servicios de inmigración. La mayoría de ellas, 3.054, son de Indonesia, mientras que 826 eran de India y 262 de Tailandia. En EEUU, además, las principales organizaciones benéficas han recaudado ya 337 millones de dólares, unos 253 millones de euros, para los afectados por el seísmo.