La conmemoración del 60º aniversario del fin de la segunda guerra mundial sirvió ayer de marco para un encuentro entre José Luis Rodríguez Zapatero y George Bush. El presidente de Estados Unidos se acercó al mandatario español durante la recepción ofrecida por Vladimir Putin en el Kremlin y, tras intercambiar un saludo cordial, hablaron de Iberoamérica y acordaron estrechar la colaboración en esa región, donde ambos países tienen muchos intereses. También se refirieron a la visitas recientes que tres ministros españoles --Miguel Angel Moratinos, José Bono y José Antonio Alonso-- han hecho a Washington.

La recepción, que duró cerca de una hora y en la que los invitados departían de pie, también permitió a Zapatero conversar con el presidente de Francia, Jacques Chirac; los primeros ministros de Alemania, Gerhard Schröder; Italia, Silvio Berlusconi, y Portugal, José Sócrates, así como con el presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbayev. El jefe del Ejecutivo español se comprometió a visitar a este último el próximo otoño.

Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, estuvieron previamente en el desfile militar en la plaza Roja, donde el protocolo los colocó entre el presidente de Kazajstán y el de Ucrania, Víktor Yuschenko. Tras la parada, intervinieron en la ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido, y estuvieron situados en segunda fila, justo detrás de los matrimonios Bush y Putin.

CRUCE DE MIRADAS Mientras los mandatarios y sus consortes se acomodaban para la foto de familia, Zapatero giró la vista a su derecha y se encontró con la mirada de Bush. El líder español lo saludó con una leve inclinación de la cabeza, que el mandatario estadounidense y su esposa, Laura, correspondieron del mismo modo.

Zapatero y Bush se habían visto por última vez hace un mes, en el Vaticano, durante el funeral por el pontífice Juan Pablo II, pero la imagen institucional que difundieron las televisiones impidió establecer si se habían saludado. En febrero pasado, los dos mandatarios coincidieron en la sede de la OTAN, en Bruselas, donde Bush saludó al presidente español con un: "Hola, ¿qué tal, amigo?".

CONTRA LA BARBARIE Invitado personalmente por Putin a la conmemoración del fin de la segunda guerra mundial, Zapatero aplaudió de pie, como el resto de los asistentes, al paso de los veteranos del Ejército Rojo. El jefe del Ejecutivo dijo que el acto constituyó un "merecido homenaje al pueblo ruso, que ha servido para decir: nunca más a la guerra, nunca más a la barbarie, nunca más a los totalitarismos, nunca más a la degradación de los seres humanos".

En declaraciones en la Embajada de España en la capital rusa, antes de su regreso a Madrid, el presidente del Gobierno expresó su esperanza de que el siglo presente "sea mejor". "Espero que sea un siglo donde imperen la paz y la concordia entre los pueblos, donde se extiendan los derechos humanos, la tolerancia y el respeto", manifestó el mandatario español.