El Gobierno español navegó entre dos aguas a la hora de reaccionar ayer ante la muerte de Orlando Zapata. El Ejecutivo lamentó y condenó el fallecimiento del preso, pero evitó atacar de forma explícita al régimen cubano, siguiendo su habitual estrategia diplomática hacia la isla. José Luis Rodríguez Zapatero aprovechó su discurso en la sesión inaugural del congreso mundial contra la pena de muerte, celebrado en Ginebra, para referirse al caso, aunque sin ninguna mención concreta. El presidente cambió el texto inicial para introducir un párrafo final que fuentes de la delegación española vincularon a la muerte del disidente.

"Nadie tiene derecho a arrebatar la vida de otro ser humano, absolutamente nadie", subrayó Zapatero, que instó a todos los estados a respetar "hasta el último instante la vida de todos y cada uno de sus ciudadanos". "El éxito de la lucha contra la pena de muerte", añadió, "es el éxito de la dignidad de las personas, de la protección de la vida".

El jefe del Ejecutivo español se dirigió a los asistentes en su condición de presidente de turno de la Unión Europea (UE), aunque también la Comisión Europea (CE) se pronunció al respecto. "La UE ha pedido en muchas ocasiones al Gobierno cubano que mejore de manera eficaz la situación de los derechos humanos en el país mediante la liberación incondicional de todos los presos políticos", señaló John Clancy, uno de sus portavoces. Clancy recordó que la defensa de los derechos humanos en Cuba es una de las "prioridades" de las relaciones entre la UE y la isla.

A ello se refirió también el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos. "Vamos a seguir con nuestro diálogo exigente, tanto a nivel de España como de la UE, pidiendo la liberación más rápida posible de todos los presos políticos", dijo. Moratinos informó de que la embajada española en La Habana transmitió sus condolencias a Reina Tamayo, madre del preso fallecido.

El PP exigió al Gobierno que suspenda su diálogo con el régimen castrista. Jorge Moragas reclamó zanjar la estrategia española de intentar convencer a la UE que suavice su política hacia el Gobierno cubano.

"DOBLE MORAL" Moragas censuró la "doble moral" de Zapatero por participar en el foro contra la pena de muerte y, al mismo tiempo, "estrechar la mano manchada de sangre del régimen cubano". "Es un contorsionismo inaceptable", aseguró. Pese a ello, PSOE y PP consensuaron una declaración institucional en la que condenan "las limitaciones a las libertades políticas y la falta de protección de los Derechos Humanos en cualquier parte del mundo".