Mucho más que dos. Ana Belén y Víctor Manuel volvieron a demostrar ayer en el Teatro Romano de Mérida porqué siguen siendo una de las parejas artísticas más importantes del panorama musical español. Prueba de ello es que el interés del público por disfrutar de la sencillez, la calidad interpretativa y el buen gusto sobre el escenario de la madrileña y el asturiano hizo que se agotasen todas las localidades disponibles.

La actuación de Ana Belén y Víctor Manuel en el bimilenario recinto del monumento emeritense sedujo a los asistentes en un concierto que estuvo plagado de emociones, de esas que ponen de pie al graderío. Los nuevos temas de su último disco de estudio juntos, Canciones regaladas , así como los clásicos inalterables de su trayectoria marcaron en el transcurso de la velada el equilibrio del repertorio elegido, acompañado por la proyección de imágenes y recursos audiovisuales.

Los 'regalos' musicales interpretados por el dúo artístico y personal, en buena medida menos conocidos y ovacionados por el público, contrastaron con los más populares y emblemáticos, como Derroche , El hombre del piano , Lía , Peces de ciudad , Contamíname , Solo le pido a Dios o Solo pienso en tí . Todo ello puesto en escena con brillantez y tablas gracias a la complicidad de Ana Belén y Víctor Manuel, que han vuelto a los escenarios tras siete años desde que lo hiciesen juntos por última vez y treinta desde que grabaron su último disco de estudio.

El clímax de la noche llegó con La Puerta de Alcalá , emblema sonoro de la pareja que fue coreado al unísono por cientos de gargantas, provenientes de diversos puntos de la región para la ocasión, y que sirvió para demostrar que a estas alturas de su carrera continúan recogiendo éxitos. Por su parte, la cantautora extremeña Mara Miranda, natural de Badajoz y criada en Don Benito, actuó como telonera de Ana Belén y Víctor Manuel presentando su primer trabajo discográfico Rompiendo moldes , de los que interpretó varios temas, entre ellos su single Quiero aprender de tí . La artista derrochó fuerza y dulzura sobre la arena del teatro romano, que hoy acogerá la actuación de Vanesa Martín para que no decaiga la buena música.