La nueva fábrica de Carcesa, ubicada en el polígono industrial El Prado, ha iniciado su actividad con el traslado de una de las cuatro líneas de fabricación que tiene, la de paté.

Esta línea, que aún no funciona al 100%, estará completa a finales de mes, una vez que termine el periodo de adaptación de los trabajadores a las nuevas maquinarias y a las instalaciones.

Posteriormente se llevará la segunda línea de paté a la que seguirán la de magro y la de callos. Está previsto que el traslado esté terminado por completo a finales de noviembre o primeros de diciembre.

Para evitar problemas en las líneas de magro y callos, cuya producción se parará durante el tiempo que dure el traslado, se ha reservado una cantidad importante de estos productos en los almacenes.

Además, los empleados han dividido las vacaciones de verano en cuatro turnos, con el fin de agilizar el traslado y la adaptación a las nuevas maquinarias.

La empresa Carcesa tiene en la actualidad unos 70 trabajadores fijos. La nueva planta, de unos 40.000 metros de superficie, reemplazará a la actual, que cuenta con unas instalaciones de 25.000 metros cuadrados. Los orígenes de la fábrica de Mérida datan de 1929, año en que entró en funcionamiento.

Según el acuerdo firmado, en los terrenos de la vieja factoría se construirán 1.000 viviendas, aunque las obras no comenzarán hasta que no se haya completado el traslado a la nueva.