Las mareas vienen revueltas. Se acentuarán con el tiempo.

Cuando se acerque el mes de las elecciones: "será una gaviota será un clavel, en el mes de mayo te lo diré".

El chapapote está a punto de llegar a las costas extremeñas, principalmente a los consistorios. Las elecciones van a crear una marea negra donde desembarcarán las chapapotas y chapapotes de la política. Ya los hay. Vendrán con el fin de mejorar el enrarecido ambiente. Tendremos savia nueva. Limpia. Con ganas de arrancar vicios pasados y malas costumbres. Se conservan malas mañas y las amenazas son el chapapote de cada día.

Las malas artes sólo las llevan a cabo los políticos sin estilo. Las intrigas son la falta de seguridad en lograr por mérito propio los objetivos que tienen obligación de conseguir con mentalidad abierta.

No admiten críticas. Cuando las reciben su respuesta es personal. Si el trabajo de otro compañero es contundente y eficaz, su principal labor es desbaratarlo, minimizarlo y tratar de que fracase, como son linces de las malas artes, lo consiguen y su intriga enturbia el entorno. No hay pilar que se resista a semejantes enredos. Y sonríen. Se mofan. Y escalan puestos.

El Prestige en vez de disminuir su aportación petrolífera a las playas, abre nuevas bocas y a a río revuelto ganancias de chapapotistas .

En próximo mes de febrero se sabrán las listas en los dos partidos mayoritarios. El PP, ya lo ha anunciado su presidente local, Manuel Gámez, habrá pocos cambios, cualquiera muda.

En el PSOE dicen que por San Ignacio de Loyola se abrirá la lista definitiva y en este caso es lo contrario: llegan nuevos políticos. Los pesoistas lo están llevando con mucho sigilo y en reuniones muy reducidas para que no haya filtración. De esta lista dependerá llegar o no a la meta con ciertas garantías. Toda lista conservará y llevará chapapotes y chapapotas que seguirán ensuciando el medio ambiente ciudadano.