Según los datos del padrón, Mérida cuenta al día de hoy con 19.616 mayores de edad sin estudios básicos. Estos ciudadanos están considerados como analfabetos potenciales, ya que a pesar de que muchos saben leer y escribir no entienden el entorno que les rodea ni asimilan la información que reciben.

Así lo afirmó ayer el concejal de Educación en funciones, Francisco Robustillo, quien lamentó que la Junta de Extremadura no les haya aceptado la petición de destinar más fondos para atender la educación de este sector de la población.

En la actualidad, el ayuntamiento tiene dos monitoras que forman a dos grupos de enseñanza para adultos de 17 personas cada uno en la barriada de la Antigua y en Nueva Ciudad, en las que trabajan de una forma continuada desde 1984, cuando inició sus programas la universidad popular.

Robustillo explicó que para el próximo curso había vuelto a solicitar a la Junta ayuda para contratar a cuatro personas más que se dedicarían a la población de Juan Canet, San Agustín, San Lázaro, Plantonal de Vera, San Andrés, San Antonio y carretera de Alange, pero se la han negado. El presupuesto es de 45.510 euros, de los que el Gobierno regional pondría 23.445 euros.

Francisco Robustillo explicó que la excusa que da la Junta todos los años es que ya atiende a este sector en el Centro de Educación Permanente de Adultos, en el que se han matriculado 290 personas este curso.

PERFIL DEL USUARIO En cuanto al perfil de los que anualmente pasan por las dos aulas del ayuntamiento, Robustillo indicó que son en su mayoría mujeres de edades comprendidas entre los 20 y los 80 años, algunas emigrantes, en situación de desempleo. También destacó que son personas con grandes deficiencias educativas, escasa o nula cualificación profesional, desinformadas y desmotivadas.

Finalmente señaló que en la enseñanza de adultos hay que sustituir el modelo centralizado de la Junta por otro más cercano como el que ofrecen ellos.