El problema del Conservatorio de Música Esteban Sánchez no es de ahora, son muchos años ya los que llevamos luchando para conseguir que sea el Gobierno de Extremadura quien tome las riendas y lo haga pitar , porque la responsabilidad económica y educativa es suya, como ocurre en todas las regiones. Y no es competencia ni de los ayuntamientos, ni de las diputaciones; es competencia obligatoria de los gobiernos autonómicos. ¡Ya está bien de mirar para otro lado y seguir callando!

Las reiteradas negativas y encogidas de hombro de la Consejería de Educación y Cultura durante tantos años para asumir las competencias de nuestro conservatorio, han venido provocando que dicho centro educativo venga padeciendo una continua agonía y mucha incertidumbre.

Parece ser que ya existe una "hoja de ruta" que incluye un compromiso para ajustar el número de plazas de alumnos de cara al próximo curso 2013-2014 y establecer la ratio profesor-alumno. Lo que no me parece tan normal es que andemos escatimando gastos para el próximo ejercicio, por y para ser el primer año en que podría gestionarlo el Gobierno regional.

Un conservatorio, como cualquier otro centro educativo, debe estar siempre protegido y bajo la tutela de sus gobiernos autónomos, simplemente porque es una competencia regional, lícita y obligatoria y nunca de los municipios y en Mérida, desgraciadamente, siempre hemos venido padeciendo esta enfermedad, con gobiernos conservadores y hasta progresistas.

Un centro de estas características no puede estar supeditado a que la economía del ayuntamiento esté en una generosa situación económica, sobre todo cuando los alumnos pagan religiosamente sus matrículas; o que los empleados de turno estén con la soga al cuello por distintas razones.

Un conservatorio es un servicio público y como tal debe funcionar y será la Consejería de Educación y Cultura en este caso, la que pague, controle, investigue y supervise; nadie más- Y menos mal que está interviniendo una emeritense consejera de Educación y Cultura, porque si no, esto podría durar toda la vida. Gracias, Trinidad .