La feria termina y el calor sigue. El bochorno vivido en el ferial y en las calles durante las fiestas no ha sido únicamente climatológico. La decisión de la Junta de trasladar a Cáceres los actos institucionales del Día de Extremadura ha sonrojado a más de uno y ayer fue tema central de conversación en las casetas del PP y del PSOE, que celebraron un almuerzo con la prensa, también el mismo día y a la misma hora, como sucede con los actos del Ejecutivo central y los fijados por el ayuntamiento.

Ante una situación así, resultó interesante comprobar cómo se rodean unos y otros y en un año preelectoral las compañías en las casetas políticas suponen algo más que un simple almuerzo.

Así, mientras algunos consejeros y diputados del PSOE acompañaban a José Angel Calle en la comida celebrada en el restaurante El Yate, en la caseta del PP sólo estaban los miembros del equipo de Gobierno local acompañando a la prensa, si bien el alcalde Pedro Acedo ya se había reunido por la mañana con los alcaldes populares de las principales ciudades y el presidente del PP extremeño, Carlos Floriano, en una cita del Comité de Dirección del PP precisamente en la capital cacereña.

Cortejo socialista

Calle, por su parte, estuvo codo con codo con el vicepresidente de la Junta, Ignacio Sánchez Amor, consejeros como José Luis Quintana, Eva María Pérez y Francisco Javier López Iniesta, y algunos diputados. Durante la comida con los periodistas reiteró que acudirá a Cáceres el jueves en apoyo a la medalla concedida al instituto Santa Eulalia y que pedirá información sobre cuánto se va a gastar el ayuntamiento en organizar los actos municipales del 7 de septiembre.

Mientras tanto, los ciudadanos al margen de esta polémica se divierten en la zona centro durante el día y en el ferial por la noche, aunque ayer los más jóvenes se dieron cita de manera multitudinaria --doce horas antes ya se formaron colas-- para presenciar un gran concierto del grupo El canto del loco, que no defraudó a sus fans.

Una prueba ciclista, espectáculos para los más pequeños y una verbena completaron una jornada a la espera de que los fuegos artificiales pongan hoy fin a cinco días y seis noches de diversión, multitud en locales del centro y... polémica política.